Cada uno asume el final de algo de manera incierta hasta para uno mismo. No sabemos qué vamos a responder cuando nos digan que nos quedan días, horas tal vez. Cómo encarar la extinción de una evolución o de una raza cuando no podemos superar el análisis de la propia desaparición física. Ni qué hablar de los que no creen en la otra vida, o en el más allá o en el Karma que nos hace volver, o en cualquier superstición o creencia por loca que parezca que nos acerque a lo inexplicable del más allá. en realidad que nos arrime a lo insostenible por abstracto, por imposible, por loco, que nos ayude a tener una minúscula idea de cómo. Pero el cerebro, esas pocas neuronas que nos dedicamos a usar, ocupados en hacer descubrimientos, robar ideas para vendérselas a otros, fabricar armamento, invadir regiones tan lejanas a las que ni siquiera encontramos en el mapa, desestabilizar el planeta , etcétera-podría abreviar la palabra pero no lo hago-,el cerebro como decía, no ha desarrollado ni siquiera la capacidad imaginativa para poder comprender o descomponer algunos conceptos como el de la infinitud del universo, el dueño de cada cerebro es quien le dá las oportunidades de abundar en información para crear, para comprender, para viajar con el pensamiento, para creer que no hay Tiempo solo Ser, sólo inmensidad, divinidad, creación...
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