El sistema solar está pasando a través de una región de la Vía Láctea que está repleta de rayos cósmicos y de nubes interestelares. El campo magnético de nuestro propio Sol, el cual es inflado por el viento solar formando de ese modo una burbuja llamada "heliósfera", nos protege considerablemente de esas cosas. Sin embargo, la burbuja es vulnerable a los campos externos. Un campo magnético fuerte, ubicado justo afuera del sistema solar, podría presionar la heliósfera e interactuar con ella de maneras desconocidas. ¿Esto reforzaría o debilitaría nuestro caparazón natural? Nadie lo sabe.
El espacio interestelar justo después de los confines del sistema solar es un territorio en su mayoría inexplorado. Ahora sabemos que podría haber un campo magnético fuerte y bien organizado posado justo en el umbral del sistema solar". Dicen los especialistas de Nasa.
Los datos proporcionados por las naves Voyager ( Voyager 1 y 2) que se encuentran ubicadas cerca de la orilla del sistema solar, determinan que ellas también han detectado un fuerte magnetismo* en las cercanías.