YUSHU, China (Reuters) - Los tibetanos cremaban a sus fallecidos el sábado, después de que un poderoso terremoto remeció una remota zona de China anteriormente en la semana, dejando más de 1.000 personas muertas y a miles acurrucados por el frío en tiendas improvisadas. La agencia oficial de noticias Xinhua dijo que la cifra de muertos se elevó a 1.144, y que aún hay 417 personas desaparecidas, luego del terremoto magnitud 6,9 que se registró el miércoles en el condado de Yushu, en la occidental provincia de Qinghai, en lo alto de la meseta tibetana. Más de 1.000 personas resultaron gravemente heridas, aunque muchas han sido trasladas vía aérea a ciudades más grandes para recibir tratamiento, y otras siguen sepultadas bajo los escombros de las edificaciones que colapsaron, dijo Xinhua.
Poco después del amanecer, monjes budistas se llevaron cientos de cadáveres en automóviles, camionetas y camiones para cremarlos en las afueras del pueblo. Los cuerpos habían sido reunidos en una plataforma en el principal monasterio de la ciudad de Gyegu. Muchos de quienes observaban estaban llorando. "Es mejor que se haga de esta manera", dicen. "Este es un funeral budista adecuado y sabemos que los monjes se harán cargo".
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