Ahora sabemos que es mucho más de lo que pudimos imaginar, no entendemos la cabal dimensión de lo descubierto pero nos hemos sorprendido y para eso está la Creación, para maravillarse. Ese asombro, esa sensación de cuán pequeños somos en la medida de estas dimensiones, la sorpresa, la emoción, la inexplicable sensación de extensión de la imaginación que se desborda, todo eso nos sigue haciendo falta para sentirnos parte de la raza que ocupaba este planeta, esta región del vasto Universo, incomprensible no por la extensión sino por la magia que encierra todo lo que falta por develar. Allí podremos encontrar la respuesta, la iluminación, la inspiración y más y más nos pareceremos a los que éramos antes en esa Tierra que ya no recordamos, quizás más bajos, o con mandíbula menos angulosa, quizás menos centímetros cúbicos de cerebro y dedos más largos en los pies, quizás...pero la única marca distintiva que nos separa de la actualidad queda expuesta en un mar de turbulencia en el paso de la historia: éramos humanos.
Dos burbujas de energía captadas por el telescopio Fermi en la Vía Láctea. GENTILEZA NASA
Un telescopio de la NASA ha descubierto una estructura que nunca se había observado antes en la galaxia. Son dos burbujas cargadas de energía que ocupan el centro de la Vía Láctea y que contienen una energía equivalente a 100.000 explosiones de supernovas.