Ahí estamos en esa pancita media de Sudamérica, donde desemboca el Río de la Plata, comienza nuestra provincia, allí apenas unos milímetros más abajo en la imagen y encontramos Cabo Corrientes, nosotros formamos parte invisible de la foto, estamos estudiando, trabajando, en el supermercado, viajando por una de sus calles, sentados en la plaza mirando la copa de los árboles, tomando un café, regando las plantas, y todo tan al borde del azul intenso y majestuoso Océano Atlántico; nos vemos tan pequeños frente a tanta masa acuática que rodea el planeta y estamos tan amontonados en escasas porciones terrestres, en esta "bolita azul" que viaja por el Cosmos, que ni siquiera tenemos la clara noción de que estamos moviéndonos en este preciso momento por el espacio infinito, entrando en el sistema de Las Pléyades en un cinturón fotónico, que produce presiones sobre el planeta originando movimientos sísmicos entre otras cosas.
Los precios en el supermercado roban tu atención, la variación brusca de temperatura te hace recordar que no trajiste abrigo, tratas de recordar dónde dejaste tu automóvil, tu niño te grita que quiere un chocolate, vas haciendo cuentas de cuánto ha de incrementarse el valor de los bonos, cuál será tu próxima inversión y cuál la más segura, las cotizaciones en bolsa no han de detener nuestro viaje por el Universo, los sistemas financieros no influirán sobre los movimientos sísmicos, deberíamos tomar una calle transversal, detener el coche y pensar… cómo prepararnos.
Así desde 850 km.
